lunes, 29 de agosto de 2011

LA CAJA DE PANDORA


Según la mitología griega, Pandora fue el regalo envenenado que Zeus envió a los hombres después de que Prometeo osase robar para ellos el fuego. Pandora, el equivalente griego al mito machista de Eva y la manzana, llena de belleza y habilidades casó con el hermano de Prometeo y se convirtió en el instrumento de la venganza de Zeus al abrir la caja -un ánfora en realidad- que encerraba los males que hoy aquejan a los hombres.
No sé si Angela Merkel es la Pandora, menos bella y delicada, que los mercados han enviado a los europeos, especialmente a los "pigs", para castigarnos por haber tenido la osadía de pretender el Estado de Bienestar, pero, si no lo es, sí lo parece.
Ha sido ella la que ha roto el ánfora desatando todos esos males que pretendíamos paliar con muestras más o menos acertadas políticas sociales. La enfermedad, la vejez, la ignorancia, la pobreza y no sé cuántas lacras más pueden volver a caernos encima con su obsesivo control del déficit.
Su interés por grabar a fuego en cada una de las constituciones del eurogrupo la regla de oro del déficit cero ha destapado en Europa la caja de los truenos. Su intransigente actitud al negar a los países en apuros la ayuda que reclaman está despertando demasiados monstruos que dormitaban en la placidez de la Europa de la Champions.
Ahora, y con motivo, los nacionalistas catalanes se preguntan por qué, si Alemania se niega a ser solidaria con el resto de Europa, Cataluña ha de serlo con el resto de España. Del mismo modo, los nacionalistas vascos plantean ahora que si es tan fácil modificar nuestra Ley de Leyes, por qué no aprovechar el momento para incluir su derecho a la autodeterminación. También hemos podido comprobar que la izquierda, que también la hay en el PSOE, no es tan monolítica ni tan acrítica como muchos quisieran y, sobre todo, que la derecha, como la cabra, siempre tira al monte del egoísmo.
Demasiados males desatados todos al mismo tiempo. No quiero ni pensar que tras la "travesura" de la bella Pandora llegó el diluvio, ni mucho menos en que, con el diluvio, aparezca un Noé con un barco mediático que pretenda decidir quién se salva y quién no.

1 comentario:

Axel dijo...

Sencillamente genial. Yo cuando me toca explicarme sobre la Merkel no puedo por menos de soltar exabruptos, que tampoco es para menos.