martes, 1 de noviembre de 2011

GRECIA Y LA DEMOCRACIA


¿Hay miedo a la democracia? Al menos en la Unión Europea sí y especialmente si esa democracia se ejerce de forma tan simple y directa como se hace en un referéndum.
Lo acabamos de comprobar con el anuncio de que Grecia quiere convocar uno para que sean los griegos, de uno en uno y directamente, quienes decidan si aceptan o no los enormes sacrificios que les exigen la pulcra y desalmada Europa. Los ciudadanos de Grecia, que andan ahora con los pantalones en los tobillos, después de haber sido sometidos a ese destino maldito que se dicta en Berlín y Bruselas, alargando la agonía de medidas, las más de las veces erróneas, que han hipotecado su futuro al menos para las dos próximas décadas, podrán decidir, si finalmente se les da la oportunidad, si se someten o no al "castigo" europeo por su anterior vida disipada.
A los dirigentes europeos, el anuncio del primer ministro griego les ha helado la sangre ¿Democracia y además directa en el reino de la burocracia? ¡No, por Dios! ¿Acabar con un sistema en el que, al final, las normas por las que se rigen veintisiete países, centenares de millones de ciudadanos, las cambian Merkel y Sarkozy delante de un café? No es eso lo que más les conviene a los "no pigs" de la UE que nos quieren como a los primos del pueblo que nos guardan y limpian la cas apara que vayamos a pasar en ella unos días de vacaciones.
Parece que, al final, Papandreu ha caído en la cuenta de que lo único que le queda al ser humano cuando le quitan todo lo demás, y a veces ni eso, es la dignidad. Nadie sabe qué consecuencias puede llegar a tener ese referéndum si finalmente se convoca. De momento, las bolsas, el paraíso de quienes realmente nos han traído hasta donde estamos, el paraíso de aquellos a los que Rajoy quiere bajar los impuestos, se están hundiendo. Y todo porque nadie contaba con que alguien, Grecia en este caso, hiciese uso de su democracia y su dignidad.
No hay que temer a la democracia. Lo que ocurra al final en Grecia, malo o bueno, será lo que hayan querido sus ciudadanos. Y, si afecta al resto de Europa, será porque algo estaba haciendo mal.

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