Nunca he sabido el porqué, y os aseguro que me gustaría
conocerlo, de esa especie de bula que acompaña a la derecha española y que le
permite adoptarlas medidas más dolorosas e impopulares para los ciudadanos sin
que las mismas le supongan coste alguno.
En el consejo de ministros de ayer, el segundo de la era
Rajoy y el primero realmente operativo, el nuevo gobierno ensartó un collar de
duras medidas para enjugar el déficit en más de ocho mil millones de euros, un
collar que van a tener que llevar al cuello los españoles y que, en absoluto,
figuraba en el programa o en las promesas que el candidato Rajoy hizo a lo
largo de la campaña electoral.
Me gustaría saber cuál hubiese sido la respuesta de la prensa
y de la calle si a Zapatero o a un hipotético gobierno socialista que le hubiese
sucedido se le hubiese ocurrido de una tacada congelar el salario mínimo y el
sueldo de los funcionarios, a los que a demás, Rajoy se ha permitido aumentar
la jornada laboral, alimentando de paso el tópico del servidor público remolón.
Eso por no hablar de la subida de impuestos, tan necesaria y
tan tabú si se está en campaña electoral. Esas cosas no van a ninguna parte,
pero lo decidido ayer en esta materia que, por cierto a mí, a la espera de
concreciones me, parece necesario, pero
Rajoy se merecería una pasada por los tribunales por el incumplimiento
flagrante de todo los que en esta materia prometió en campaña.
Voy a tener que pensar que la derecha tiene bula para hacer
estas cosas. De la misma manera que parece tenerla para corromperse y saquear
las arcas públicas ¿Será verdad que dios existe y está con ellos? De momento,
esta mañana el centro de Madrid estará tomado por una de esas repetidas e
histéricas manifestaciones en defensa de
una familia y unos valores cristianos que tan poco peligro parecen correr en un
país volcado a la derecha. Uno llega a pensar que aquellas nostálgicas concentraciones
de la Plaza de Oriente se han trasladado a la de Colón y que tales demostraciones, más que actos reivindicativos,
son un “estos son mis poderes”, por si al gobierno se le ocurra dejar como
están la ley que regula el aborto o la que legaliza los matrimonios entre
personas del mismo sexo.
Las bulas se compran y el Gobierno con la premisividad ante actos como el dehoy está pagando la suya. A nosotros nos va a tocar llevar la cruz por haber pecado de creedulidad o, también, de exceso de psaividad. El día llegará en que echaremos, echarán , de mnenos la "indeterminación2 de Zapatero
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