miércoles, 4 de enero de 2012

DEBATE


Ayer, mientras hacía tiempo, esperando a una amiga para comer, asistí a un interesante debate, mientras tomaba una cerveza en una terraza de la calle Columela de Cádiz. No pude ver las caras de quienes en él participaban, porque los tenía a mi espalda. Sin embargo, por sus voces deduje que eran de mediana edad, algo que en estos tiempos de jóvenes de treinta y cinco años y chicas de sesenta es decir muy poco, gaditanos y, por lo que consumieron, sendas copas de rioja, más o menos pudientes.
Delante de nosotros y desde hacía unos minutos, se desarrollaba una de esas escenas tan típicas en estas fechas en cualquier calle comercial de nuestras ciudades: carreras de inmigrantes tratando de poner a salvo la mercancía que malvenden, mientras la policía trata de, si no detenerlos, sí al menos apartarlos de esas calles en las que consiguen los pocos euros con que pagar su cama y su comida.
Me llamó la atención la cordialidad con que mis "guardaespaldas" debatían sobre la actitud de algún comerciante o vecino, no me quedó muy claro, había franqueado su puerta a alguno de estos "negritos"´-decían "negritos" con tanta naturalidad y tanto cariño que me resultó imposible ver en el apelativo un atisbo de racismo- protegidos por quienes, de hacer caso a los biempensantes, habrían de ser sus víctima. Uno de los interlocutores decía que no sólo no hacían mal a nadie, sino que en tiempos en que una camiseta "oficial" de cualquiera de los ídolos con que sueñan los "niños chicos" puede coitar sesenta o setenta euros y que, con lo que pagarían con ella en una tienda, bien podrían sus padres satisfacer su sueño y comprarles, de paso, esos dos "pijamillas" que tanto avío les harían.
Quien esto decía mantenía algo así como que los negritos estaban tendiendo un puente para que quienes apenas pueden llegar a fin de mes no se alejen del todo de quienes pueden darse y dar a los suyos todos sus caprichos.
Su compañero de mesa no tardó en recordarle que las leyes están para cumplirlas y que el Ayuntamiento estaba en la obligación de hacerlas cumplir, porque, según decía, los negritos habían acabado con las tiendas de deportes y las ópticas de Cádiz a base de vender imitaciones cuando no falsificaciones de ropa deportiva o gafas de sol.
Fue en ese punto cuando me quedé con ganas de terciar, recordándoles -soy hijo de pequeño comerciante- que quienes han acabado con esos comercios no han sido otros que los grandes centros comerciales, sacando a los hipotéticos clientes de los barrios y el centro de las ciudades para llevarles a esas mega superficies todas iguales, todas con las mismas tiendas, no mejores ni más baratas que las que había en las ciudades.
Llegó mi amiga, pagué mi cerveza y nos fuimos, pero no pude dejar de darle vueltas a lo que había escuchado, un debate civilizado con argumentos, sin violencia verbal, sobre algo que estaba sucediendo ante nuestros ojos. Ya esta mañana, cuando me he despertado con la noticia de que l Gobierno irá al rescate de las deudas de la derrochadora y aparentemente malversadora Generalitat de Valencia, no he podido sino acordarme de los negritos, los euros que entran al bolsillo de los Messi o los Ronaldo, el Real Madrid o el Barça y de los trajes del señor Camps.
¡Pobres de nosotros y, sobre todo, pobres negritos!





 todos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo una "negrita" jovencita muy regalona y con ocasión de un viaje de su padre a la ciudad,los "negritos" en pleno por votación eligieron para almorzar un local de una cadena extrajera que recién se había abierto al público para comer lo que yo jamás les daría de almuerzo: Hamburguesas.
El local era parte de una construcción con grandes tiendas parecidas a las que tu mencionas que llaman " Mall" y tiene la forma de un submarino. Despues de almorzar, como toda chica de su edad quería ver ropa nueva sobretodo de esa que yo no puedo costearle, y me dice que en la tienda "Zara" tienen todo lo que a ella le gusta, le digo que yo no entraré allí y que ella debía estar conciente que sus rebajas y ofertas eran a costa de la explotación e incluso esclavitud de brasileños y "negritos" latinoamericanos y yo no iba a participar de algo así. MI "negrita" se enoja conmigo y me dice : ¡Mamá tu siempre tan cerrada en tu forma de pensar,allí hay ropa de diseño, bonita, de calidad, si hay gente que trabaja por bajos sueldos es porque ellos quieren, a nadie obligan!. Luego va a convencer a su padre y le dice ¡papi, allí hay ropa buena que me gusta, la mamá se niega ¿qué tiene de malo elegir ropa bonita, de buena calidad?, yo pensé que trataría, como todo padre ausente, compensarla con dinero y comprandole todo lo que ella quisiera, le contesta: mi niña, no tiene nada malo, debe ser bonita, yo le doy el dinero y por supuesto que debe ser de buena calidad, si está echa con la piel de brasileños, colombianos peruanos, ecuatorianos, y siguió nombrando,y lindos colores, teñida con la sangre de paraguayos, uruguayos, argentinos, y siguió hasta que ella sonrió y siguió caminando.
Yo por mi parte prefiero una mantilla ecuatoriana de colores alegres, un bolso echo por "negritos" cubanos con la figura del che, los diseños andinos y exclusivos de los "negritos" peruanos que ofrecen sus creaciones afuera, que ademas de baratos son de calidad,en lana de alpaca, o vicuña los mas caros, quienes han dejado sus hogares, su clima, su comida, sus costumbres, por comenzar una vida con mas oportunidades, dignos representantes de los incas, que hablan el mejor idioma español que he escuchado, que nos aportan su cultura, su buen gusto, su gastronomía, su trabajo, esos que no valoran los elegantes clientes de " Zara".