sábado, 25 de agosto de 2012

481 EUROS, CON 66 CÉNTIMOS

 
Es de agradecer que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, la misma que nos puso en manos de la virgen del Rocío en vez de hacer bien su trabajo, haya calculado, quizá con ayuda de la Blanca Paloma, la cantidad necesaria para la supervivencia de una familia de tres miembros. Son exactamente 1445 euros, de lo que se deduce que a cada uno de los miembros de esa familia le bastarían cuatrocientos cuarenta y un euros con sesenta y seis céntimos para pasar el mes.
Gracias, señora ministra. La dieta de 1823 euros que cobran por alojamiento, tanto usted como otros 61 compañeros del Congreso, entre ellos el ministro de Hacienda, me había despistado: Me parecía que, comparando el salario mínimo o el subsidio del Plan Prepara con esas dietas, ustedes estaban siendo rácanos con trabajadores y parados. Ahora veo que no. Mejor dicho, lo supongo, porque espero que la siguiente medida del Gobierno o de quien corresponda sea la de rebajar esas dietas hasta los 482 euros, para no ser rácanos. Sé que es poco, pero estoy seguro que, con lo bien que se llevan entre ustedes, no les costará mucho compartir apartamento como comparten insolidaridad e ideología.
Además, puestos a ello, tanto usted como su compañero Montoro podían sacar algo de beneficio alquilando los pisos que ambos poseen en Madrid, creo que hasta cinco, a alguno de esos sesenta pobres diputados. Tengan en cuenta que una legislatura son cuatro años y que, con la nueva ley de alquiler el contrato da justo para eso, tres años y uno más de prórroga, lo que viene muy bien para disuadir a los posibles tránsfugas.
Ahora en serio. Cómo se puede ser tan cínico. Cómo se pueden tener pisos, solares y fincas en Madrid y cobrar una dieta por residir en otro sitio. Cómo se puede justificar la exclusión de la ayuda de cuatrocientos euros de los jóvenes que vivan con sus padres, poniendo el ejemplo de una familia que gane ocho mil euros al mes ¿Es eso lo que gana usted, es lo que ganan sus amigos?
Señora Báñez, sepa que ya hay millones de personas en este país que no comen lo suficiente y que, si lo hacen, es muchas veces con la ayuda de la solidaridad de amigos y familiares o haciendo uso de los cada vez más abundantes comedores sociales. Pero ni siquiera tenía que pensar en ello, bastaría con que se acercase a la cola de un supermercado, no la de Hipercor, no, que en esa hay gente, a lo mejor usted misma, que se gasta más de treinta mil euros al año, a cambio, eso sí, de la discreción de la empresa. No, me refiero a la de los supermercados baratos, en las que los productos estrella son la leche, el pan, la pasta y el arroz.
Sigan ustedes así, señora Báñez y señores del Gobierno. Sigan a jugar que hay dos países: el suyo de lujo y romerías y el de los demás, de hambre y penurias. Sigan así, señora ministra, y conseguirán que algún desesperado se queme a lo bonzo o que los jóvenes, en vez de hacer cursos y másteres, tiren por la calle de en medio y volvamos a la España de la navaja y el tirón.
Tienen apenas tres años para rectificar. Si no lo hacen, confirmarán lo que muchos pensamos: que han venido a hacer negocio y que los ciudadanos les importamos poco o nada.
 
 
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1 comentario:

Marisa dijo...

Hay entradas que deberían enmarcarse y colocar en lugar destacado, esta es una de ellas Javier. Crónicas que no dejan de producirte un respingo y un desagrado hasta la náusea.

Un saludo.