jueves, 16 de agosto de 2012

DESOBEDIENCIA DEBIDA


Desde el Gobierno se han empeñado en borrar de la cara de este inmigrantes y de las de otros ciento cincuenta mil, seres humanos, semejantes, como dicen en esas iglesias a las que van a pedir las soluciones que ellos no nos saben dar, mujeres y hombres como nosotros que trabajan, ríen y sufren como cualquiera de nosotros, a los que Rajoy y su cuadrilla de incompetentes quieren dejar sin el derecho a la sanidad universal que recoge la Constitución.
Desde que Sanidad, con su ultra católica ministra al frente, tomó la decisión, todos los expertos en la materia han hablado de disparate irresponsable, amén de denunciar que el gasto que se trata de evitar sacando a los "sin papeles" del sistema es una nimiedad comparada con el coste del riesgo en que se pone a toda la población desatendiendo a la gente sin medios con enfermedades contagiosas.
Al mismo tiempo, los miembros del PP t los responsables del Ministerio que han hablado sobre el asunto han ido de despropósito en despropósito, diciendo burradas dignas de un colegial y proponiendo salidas al asunto propias de "Antoñita la fantástica".
Tratar de cobrar 700 euros al año a los inmigrantes por una igualdad que la constitución les reconoce es un verdadero contra dios, entre otras cosas, porque la población de la que estamos hablando no dispone de ese dinero. Tratar de que sean las ONGs las que se hagan cargo de la asistencia a estos irregulares, es volver a la España de los dispensarios de las monjitas y la beneficencia pública. Pretender, como pretenden, cobrar la atención a los gobiernos de origen de los inmigrantes, eso ya alcanza el grado de gilipollez supina. Boutade tras boutade, ocurrencia tras ocurrencia, no han hecho más que dar testimonio de lo poco preparado que está este gobierno para este asunto y para tantos otros.
Si hay que meter las tijeras sin dejarnos desprotegidos, mejor harían en sacar los cuartos de los astronómicos presupuestos de Defensa, incluso recortando o abandonando misiones que apenas merecen el reconocimiento de los países que luego nos ponen al pie de los caballos.
Cinco comunidades autónomas están dispuestas a no obedecer la orden de Sanidad para dejar a estos hombres y mujeres sin asistencia y yo les aplaudo. Así como existe una "obediencia debida" que permitió por ejemplo que algunos de los más entusiastas golpistas del 23-F salvasen el culo, existe una desobediencia, también debida, que es la que surge cuando, ante órdenes injustas o absurdas, se practique la sabia rebeldía de hacer caso a los códigos éticos, la solidaridad y el sentido común, antes que al "piernas" de turno.


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1 comentario:

Marisa dijo...

Es inspirador, o cuanto menos sintomático, el hecho de que los Tribunales con sus sentencias reparen los menoscabados derechos que el dislate de Reforma Laboral ha producido y que cinco comunidades se nieguen a llevar a cabo las aberraciones que desde Sanidad se promueven.

Un saludo.