jueves, 13 de junio de 2013

DURO MARCAJE A MESSI

 
 

No sé si, como presume la fiscalía, Messi ha cometido fraude fiscal por haber escondido a la hacienda pública más de cuatro millones de euros, pero creo que, sí es así, dispone de una magnífica ocasión para que los que le admiramos sobre el campo le admiremos también fuera de ellos. Bastaría con que, de ser ciertas, reconociese los hechos de que se le acusa y saldase la deuda que tendría con el país que le ha visto crecer como estrella.

Me dolería mucho que este asunto acabase por desequilibrar el talento y la carrera de este prodigioso jugador. Quizá fuese lo justo, pero nos privaría del placer de seguir creyendo en la historia de cuento del niño que triunfa y se convierte en un modelo con el que soñar de la que nos privó su compatriota Maradona, al que las malas compañías acabaron por hundir.

Me resulta difícil imaginar el tránsito de niño o adolescente virtuoso y genial a genio millonario que convierte en oro todo lo que toca. Supongo que ese tránsito de niño a empresa es difícil y que es tanta la gente que se mueve a su alrededor que la misma responsabilidad del genio se diluye, pero admitir su inocencia si los hechos se prueban sería tanto como admitir la inocencia y el candor de Ana Mato o la infanta Cristina.

Por eso deseo con todas mis fuerzas que Messi salde con creces, si la hay, la deuda que tiene con la hacienda de España que sería tanto como devolver al país que le ha visto crecer como deportista lo que, simplemente, es justo y, además, legal, porque es mucho el dinero que se mueve a su alrededor y sus salarios encarecen el disfrute de un deporte que nació como juego y que hoy parece escapar a las leyes de los hombres dentro y fuera de los campos, donde lo que en la calle se castigaría a jugadores y espectadores se salda apenas con un reproche que casi siempre es compensado no sólo desde las gradas o los despachos, sino desde la prensa más sectaria.

 

Está muy bien que se castigue a Messi o que, cuando menos, se le obligue a saldar su deuda si la hay. Pero sería mucho mejor que lo suyo fuese sólo el principio y que, con él, se inaugurase otra etapa en la que el celo de la inspección alcanzase también a todos esos cerebros de la ingeniería contable y el regate financiero, de quienes los deportistas no han hecho más que seguir el modelo, sean banqueros,

Industriales, rentistas, terratenientes,  actores, políticos o marqueses. Con la lista de Falciani tienen los hilos de los que tirar, pero bastaría con echar una mirada a las directivas de los equipos de fútbol de Primera División, en los que, no sé por qué, abundan los constructores y especuladores varios, siempre dispuestos a hacer negocios en el palco. Ahí hay mucha tela que cortar y parece que, al señor Montoro, tijeras no le faltan.

Si se confirma lo que ayer supimos, Messi estaría ante un duro marcaje, quizá el más duro de su carrera. Sólo espero que sepa también salir de él con dignidad y sin hacer trampas ni aspavientos y que todos aprendamos de ello.
 
 

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