miércoles, 27 de noviembre de 2013

EL PACTO COMO HIPOTECA

 
 
Las aguas de la familia socialista andan revueltas a propósito del acuerdo alcanzado con el PP para cerrar la lista para la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Y andan revueltas porque en esa lista va, a propuesta del PP, el magistrado que puso en marcha la iniciativa de unificar y llevar al pleno, de mayoría conservadora, todos los recursos que hasta ahora han paralizado las medidas de privatización y repago de la sanidad pública madrileña. Poe ello, Tomás Gómez, el más díscolo de los barones regionales socialistas, insiste en que no se puede premiar a quien quiere alterar de ese modo  la natural marcha de la justicia.
A propósito de este asunto me vienen a la cabeza todas las imágenes y las frases grandilocuentes que sobre la justicia y su alcance por igual a todos y en todas partes se vienen repitiendo desde hace siglos y que hacen que quienes necesitamos creer en ella mantengamos la fe en la señora de ojos vendados con la balanza en su derecha. Una fe necesaria, como digo, que se resquebraja en cuanto le llegan a uno noticias de todos esos cambios de cromos que se hacen a sus espaldas en los despachos y cenáculos del poder.
De todos es sabido que las leyes se escriben con tanta ambigüedad como para que sea precisa la interpretación que de ella hagan los jueces y que es, precisamente, en el concurso de esos jueces donde radica la diferencia que inclina la balanza a uno u otro lado, No es de extrañar, pues, que los partidos traten de apuntalar su poder y sus decisiones, reforzándolo con la garantía de tribunales "amigos" para el caso de  que ellos o sus leyes tengan que verse ante ellos.
Podría parecer por lo que escribo que soy contrario al consenso, una práctica que permitió llegar tan lejos a este país cuando estaba necesitado de las reformas que le permitieran salir de la dictadura para entrar en la democracia, y nada más lejos de la realidad, porque soy partidario de la negociación y el acuerdo allá donde sea posible. Pero en esto, como en todo, hay acuerdos y acuerdos.
Me viene a la memoria ante este pacto, en mi opinión vergonzante, otro pacto sobre  justicia que fue el que alcanzó desde la oposición, entonces al gobierno Aznar, el inefable Juan Fernando López Aguilar, que acabaría siendo ministro de Justicia del primer gobierno Zapatero y que hipotecó muchas de las posteriores decisiones de los tribunales. En aquella ocasión primó más la búsqueda de la foto y expandir la idea del "talante" que el sometimiento a los principios. Así nos fue después, cuando el Constitucional freno y torpedeó decisiones importantes que se han convertido hoy en pesados lodos que lastran nuestros pasos hacia la necesaria transformación del estado que comenzó a andar hace ya treinta y cinco años.
Todos los males de este país que no hace tanto era sociológicamente de izquierdas, provienen del abandono de sus principios del que fuera el máximo representante de esa mayoría progresista que tanto necesita de un partido que se parezca a ella. Va a ser muy difícil, si no imposible, que los madrileños entendamos que se consagre en el CGPJ a quien podría frustrar la paralización del saqueo de nuestros hospitales a manos de quienes ya no se recatan a la hora de hacer el camino de ida y vuelta de la empresa privada a la  administración, llevándose en cada viaje un pedazo de lo que es nuestro.
No va a ser fácil y va a ser doloroso comprobar cómo se sientan en los tribunales que han de juzgar sus tropelías o en los puestos desde que se designan esos jueces, quienes tienen como principal carta de presentación sus simpatías o sus servicios prestados al poder establecido. Es bueno el pacto. Es más, es deseable. Pero cuando lo que busca el que tiene el poder es un comparsa, un acompañante que le legitime en la foto, el pacto no es pacto, sino hipoteca.
 
 
Puedes leer más entradas de "A media luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/

No hay comentarios: