martes, 3 de noviembre de 2015

POR COJONES



Cuando hace casi cuatro años los españoles que ya comenzaban a sentir en sus carnes y las de sus familias las dentelladas de la crisis, no dudaron en dar su voto al PP, hasta el punto de entregarle todas las lleves del país para que hiciera y deshiciera a su gusto. Fue entonces cuando se resucitó entre nosotros el "porcojonismo", esa manera de comportarse de los españoles cuando se saben con poder, aunque no con razón, esa manera tan castiza de tomar decisiones, inmortalizada en el cine de gánsteres y tiranos y, por desgracia, más habitual de lo deseable en la vida real.
Quién no ha escuchado alguna vez, no ya a un sargento de esos "de raza" ordenar a los soldaditos que hagan algo, lo que sea, "por sus cojones", sino, más cerca y más reciente, a un superior en su trabajo, ordenar, dando un puñetazo en la mesa, que algo se haga "por cojones". Yo, por ejemplo, sé de alguna de esas órdenes, finalmente incumplida, que supuso importantes pérdidas en la empresa en la que trabajaba.
El "por cojones" que suele acompañarse de una mirada "de esas", con los ojos inyectados en sangre, la carótida a reventar y un portazo. Es el último bastión que defiende quien se sabe con poder, aunque sin razón. Es una demostración de autoritarismo del que comprueba que ha perdido autoridad o que nunca la ha tenido, una especie de rugido, o bufido, depende del tamaño del felino, seguido de uno de esos silencios que llamamos mortales, que parecen respetuosos, pero que encierran los pensamientos y deseos más aviesos de quienes se ven obligados a acatar, pero nunca respetarán las decisiones así tomadas.
La expresión da a entender que las gónadas de quien la dice, generalmente la grita, son mayores que las de aquellos a quienes va dirigida y que se las juega en el envite. Lo malo es que la frase correcta en realidad debería ir seguida, las más de las veces por la aclaración de que, en realidad, los cojones en juego son los del subordinado, el accionista o el contribuyente.
Cuántas cosas se han hecho en este país por eso, por cojones. Cuántos atentados al sentido común y a la estética, cuantas operaciones suicidas, cuántos "atracos a mano armada" a las instituciones públicas, cuántos despidos, cuantas contrataciones, cuántas carreteras por donde no hacían falta o no debían, cuántas urbanizaciones, cuantas compras inútiles, cuánto lujo innecesario, si es que alguna vez el lujo es necesario, cuántas arbitrariedades, en fin, se comenten en nombre de atributos tan poco agraciados.
Por cojones, de los que luego demostró no ir sobrado, el capitán del Costa Concordia arrimó el crucero que se le había encomendado al toro de la escollera, porque, ver cómo a los pasajeros se les subían los suyos al cuello debía ser muy gratificante. Por cojones el abuelo Fabra le hizo a su nieto un aeropuerto sin aviones en Castellón. Por cojones la Comunidad de Madrid retiró a las universidades madrileñas las subvenciones comprometidas que, ahora, con los correspondientes intereses y por orden del Supremo tendremos que pagar todos los madrileños, como, también por cojones, la misma comunidad, en concreto su mentiroso y faltón consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, obligó a jubilarse al jefe de pediatría del Hospital Infantil del Niño Jesús, Marciano Sábchez Bayle, que se había destacado en la defensa de la sanidad pública que él no quiso defender. Ahora, por cojones y por una sentencia de la justicia madrileña que anula la jubilación forzada, todos los madrileños tendremos que pagar al doctor Sánchez Bayle la diferencia entre los salarios dejados de percibir por el presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Públicay la jubilación percibida.
Qué bueno sería que toso estos machotes que ponen sus cojones por delante a la hora de tomar decisiones, pusiesen en su lugar su patrimonio. De sobra saben que nadie les va a castrar, pero hacerles pagar el daño causado ya sería otra cosa. Y es que acostumbran a hacer las cosas por cojones, porque saben que esos cojones nunca seránn los suyos.


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1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Ciertamente si se jugasen su cocido....

Saludos