A estas alturas de la cosa, todos sabemos o deberíamos saber
lo que podría ser y lo qué sería del todo imposible y, sin embargo, unos y
otros se empeñan en explicarnos si son galgos o son podencos, ahora que ya
tenemos el aliento de los perros en nuestras nucas. La de ayer, una reunión no
tan larga como algunos esperaban, apenas sirvió para dictaminar que el paciente
sigue vivo y ya se sabe que mientras hay vida hay esperanza.
Sé que es poco, que es apenas un consuelo, pero el que no se
hayan tirado los papeles a la cara no deja de ser un buen síntoma, más. cuando
al socio imprescindible en cualquiera otra alternativa cada día le crecen los
enanos en los juzgados. Y es que no es lo mismo leer lo que hablaba la
concejala Halcón de Rita Barberá con su hijo que escucharlo en su propia voz y,
ahora que toso lo hemos escuchado y que sabemos que lo de la rebaja del déficit
no era más que una patraña, a Rajoy le va a resultar difícil presentarse como
la solución de nada.
Quedan diecinueve días, con sus soleados fines de semana por
medio, para llegar a un acuerdo de gobierno y, visto cómo ha corrido el tiempo
hasta ahora, esos diecinueve días son apenas un suspiro que no sé si va a dar
para algo tan difícil.
Bien es verdad que, si Ciudadanos que, ahora que se ve guapo
en las encuestas, saca pecho y se va de la mesa de negociación, a Pedro Sánchez
le quedaría la baza de intentarlo con la izquierda y con los nacionalistas,
anatema para muchos de sus barones, una decisión valiente para una legislatura
difícil, pero, en cualquier caso, necesaria para este pobre país de políticos corruptos,
con una familia real de moral más que distraída.
Aún no sabemos qué le ha parecido a Pablo Iglesias la
acogida de Ciudadanos y PSOE a su catálogo de rebajas. Hábil como siempre, se
guardó para la mañana de hoy, con tiempo de procesar lo dicho por sus
compañeros de mesa y lo publicado y comentado en los medios desde anoche, pero
sabemos ya que no renuncia, y bien que hace en ello, a la consulta a los
ciudadanos de aquellas comunidades autónomas que quieran redefinir su presencia
en España, algo que, no sé en el caso del PSOE, más radical ahora en su
oposición a ello que hace unas décadas, pero sí sé que, para Ciudadanos, sería
"casus belli".
Tiempo habrá para conocer realmente lo que se dijo y cómo en
todas las reuniones celebradas hasta ahora, incluida la de ayer tarde, algo que,
por otras experiencias, sabemos que tiene poco que ver con lo que se cuenta en
esas ruedas de prensa en las que el cansancio cabalga a sus anchas a uno y otro
lado del atril. Lo que es fácil deducir es que nadie es sincero del todo, que
siempre surgen en ellas propuestas de difícil digestión que, como Iglesias tras
su último encuentro con Sánchez, se anotan y se callan, para digerirlas aparte
con los más estrechos colaboradores.
Por saber, sabemos que a PSOE y Podemos no les conviene
romper la mesa y que están obligados a explorar cualquier posibilidad, por
pequeña que sea, de salvar un acuerdo, en el que se juegan los escaños que
ahora tienen y que podrían ser menos en unas nuevas elecciones. Sin embargo, es
fácil deducir que a Ciudadanos lo único que le interesa es no ser el primero en
levantarse de la mesa, ni siquiera romper con el PSOE, que sería su gran
coartada en el caso de cumplir con el encargo del IBEX 35, formando esa
"gran coalición" con la que los intereses de los empresarios y el
gran capital quedarían a salvo de las veleidades de una izquierda crecida. Por
eso quienes toman la palabra en el partido de Rivera comienzan a desmarcarse,
en la palabra o el gesto, de lo que tenga que ver con ese quimérico acuerdo a
tres. De momento, unos y otros, siguen callando y fingiendo, siguen en su
particular "club de la comedia".
1 comentario:
Cara a la galería...
Saludos
Publicar un comentario