Si os digo la verdad, entiendo los nervios de la candidata
Susana Díaz y su gente. Y, si los entiendo, es porque no esperaban esto.
Pensaban que, con la suma del aparato del partido, la ofensiva mediática y la
posición institucional que le da a la candidata ser presidenta de Andalucía, el
histórico granero de votos del partido, difícilmente, el "guapito"
del cartel, el tonto útil al que pensaban manejar para seguir con los
chanchullos y las componendas de su acomodado sanedrín de "yayopastas"
y quienes les enjabonan, iba a enseñarle los dientes a la elegida por el
aparato.
No se lo esperaban. Hacían bromas, ellos y sus tragaperras
parlantes, con el coche del defenestrado, ese en el que estaba dispuesto a
recorrer España y que tardó en arrancar. Lanzaron bulos sobre el estado de
ánimo de Sánchez, hablaron abiertamente, ellos o sus voceros, de depresión. Le
cerraron su oficina de campaña, trataron de cortar el flujo de donaciones que
llegaba a la candidatura, invocando al Tribunal de Cuentas, ese mismo al que
históricamente los partidos se han pasado por el arco del triunfo, hicieron
todo lo posible para hundir el barco del ex secretario general, el primero y
último que, hasta el momento, se había elegido directamente por os militantes,
pusieron clavos en las ruedas de su coche metafórico y, al final, olvidaron lo
fundamental, porque se olvidaron de esos mismos militantes cabreados como sólo
se cabrea quien cree en la democracia participativa y ve como echan por tierra
sus votos y la tradición progresista de un partido que llevaba más de un siglo
diciéndose de izquierdas y comportándose más o menos como tal.
Por eso se lanzaron a la caza del aval, un trámite previsto
para desbrozar las primarias de candidatos sin posibilidades, con el que, así
se ha dicho, el aparato "ficha" a cada militante, porque, a
diferencia del voto, el aval ha de ser nominal, de modo que cada avalista quedaría
señalado por la sombra del candidato elegido. Toda una guerra de nervios y de
presiones que, sin duda, puede influir en el ánimo de quien pretenda
"hacer carrera" en su agrupación y ya se sabe, porque lo dejó dicho
Alfons Guerra, que "el que se mueve no sale en la foto"
Por eso están tan sorprendidos, porque si, como dicen, el
miedo guarda la viña, casi sesenta mil militantes del partido han optado por
arriesgar las uvas y algunos más han dado su aval a Susana Díaz cruzando los
dedos. Porque una cosa está clara: Pedro Sánchez puede estar seguro de todos
sus avalistas, mientras que entre los de la presidenta andaluza hay mucho dedo
cruzado a la espalda.
No hay duda de que, en Ferraz, la gestora de parte y los de
siempre, reinan la sorpresa y la duda. No hay más que ver los rumores que
hicieron circular nada más ver la cantidad de avales presentados por Sánchez,
dando a entender que no todos iban a ser válidos, algo que, de madrugada, avanzado
el lógico proceso de comprobación, parece descartado. Pero, por si acaso, lo
dijeron, que algo queda y diluye la euforia del "casi empate" de la
elegida y el electo.
Algo deben temerse los de siempre, porque una de sus voces
más señaladas, la del extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se ha apresurado
a proponer un enjuague muy de los suyos: que se retiren los tres candidatos,
para que el partido, como si el partido fuese otra cosa que sus militantes,
eligiese al candidato- Está claro que Ibarra se refiere al aparato, su aparato,
y que no quiere ver de nuevo a Sánchez como secretario general.
Una prueba más de ese nerviosismo del que os hablo es ver de
qué modo han respirado esta mañana las tragaperras parlantes, que no han hecho
otra cosa que hablar del populismo de Pedro Sánchez y que tildan de trumpista a
quien "osa “hablar, como yo, de "aparato" o
"nomenclatura". Está claro que es equivocan quienes han creído tener
al PSOE y sus militantes bajo control. Al partido quizá. no hay más que ver de
qué manera forzaron la salida de Sánchez. pero, a la militancia, ya vemos que
no. Ya veis, es la falta de costumbre de escuchar a las bases y la viciosa y
egoísta estrategia predicada y practicada por Rajoy de "mirar para otro
lado, cuando hay que hacerlo".
1 comentario:
Muy buen artículo...
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